Las cosas que la gente compra: noticias de estos días

17 septiembre, 2012

Me importa cómo la tecnología afecta al resto del mundo y lo que la gente hace con ella, la tecnología no me importa tanto. Creo que es por falta de conocimiento, al menos comparado con los colegas que me rodean. Veamos algunas noticias de estos días.

FUENTE: Wikipedia. Licencia CC

Marc Zuckerberg reconoce que la salida de Facebook a bolsa no ha ido tan bien. El precio actual de la acción es la mitad del anunciado en el momento de la salida. Ya lo dijimos, me temo. El volumen de clientes (un usuario no es un cliente), el problema con los anuncios, los móviles y los buscadores, la funcionalidad real de la cosa, las amenazas sobre la privacidad… no auguraban un modelo de negocio creíble. La buena noticia es que esto no parece que esté inflando una nueva burbuja financiera y que los famosos “mercados” (o sea inversores de carne y hueso de diferentes clases que deciden dónde poner su dinero) parecen de momento o demasiado cautos o demasiado volátiles o las dos cosas. En IT no se mueve una hoja.

El banco de inversión JPMorgan (otros fieras) dice que el lanzamiento del iPhone añadirá entre un cuarto y la mitad de un punto del PIB a la economía americana, a pesar de que casi todo está fabricado en China. Claro, si lo compra la gente, por tanto si hay dinero para comprar, dice Paul Krugman, un liberal keynesiano (no un socialista justiciero), ya se sabe. Hay que poner dinero en el sistema para que la gente compre iPhones y la salida del aparatito ha coincidido con un nuevo programa de estímulo.

La acción de Apple ha subido un poco, no mucho, la gente dice hace tiempo que el precio está por encima de la realidad y ahora dice que también está por encima de las promesas. Las ventas de Samsung han aumentado después de los juicios sobre las patentes, que afectan básicamente a aspectos de diseño. Los compradores individuales (o sea, otros mercados) también saben lo que compran.

Definitivamente, la nueva ola de la tecnología de empresa es el diluvio de datos, los “big data”. Lo ha dicho el New York Times y es la campaña de moda de los últimos números de la Harvard Business Review. Nosotros lo dijimos antes, claro. La tecnología está disponible para recoger los datos, almacenarlos, procesarlos… pero falta gente capaz de hacer preguntas inteligentes, crear modelos e interpretar las conclusiones. Según un estudio de Bloomberg del año pasado, una de cada cuatro empresas no ha mejorado su proceso de toma de decisiones con los sistemas de inteligencia de negocio, la hoja de cálculo departamental sigue siendo la principal herramienta de análisis y la intuición o la opinión del que más manda es aún el mayor criterio para tomar decisiones. O sea la gente no compra mucho porque no sabe qué hacer con estas cosas.

Tenemos (empresas y usuarios individuales) más tecnología de la que sabemos y podemos usar. El reto de la difusión y el uso de la tecnología para las empresas y usuarios finales es mayor, creo, que el de la innovación. Google ha descubierto que sus usuarios utilizan menos del 20% de la funcionalidad disponible y los ha mandado a clase. Al primer curso, celebrado en Julio se apuntaron más de 150.000 usuarios que afirman que aumentaron su competencia en un 40%.

Forrester predice un parón del gasto en IT en Europa en 2013, debido a la crisis del euro y la incertidumbre económica. Hasta ahora estábamos aguantando bien. Sólo se salva, y por poco, el gasto en outsourcing. Hay gente que piensa que gastando fuera se gasta menos y mejor. En fin, compramos menos iPhones y no tenemos programas de estímulo.

El discurso de Clinton en la convención demócrata es una obra maestra que he añadido a mi colección de discursos mágicos. Hace unos años Clinton dijo que había que enseñar a la gente a “trabajar duro y jugar según las reglas”. Esta vez ha dicho que, además de lo anterior, hay que enseñar a la gente durante toda la vida a prepararse para los nuevos trabajos que genera la nueva tecnología y que ése es el reto de América y de todos.

Nota: La obra de hoy es el famoso retrato de boda del magnate Giovanni Arnolfini, una obra maestra de Jan van Eyck, pintada en 1434 y que se conserva en la National Gallery.

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Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
Comentarios
Miguel Angel Bueno21 septiembre, 2012 a las 6:30 pm

Hola.
De todo lo dicho, me ha llamado particularmente la atención el siguiente párrafo:

«Tenemos (empresas y usuarios individuales) más tecnología de la que sabemos y podemos usar. El reto de la difusión y el uso de la tecnología para las empresas y usuarios finales es mayor, creo, que el de la innovación. Google ha descubierto que sus usuarios utilizan menos del 20% de la funcionalidad disponible y los ha mandado a clase. Al primer curso, celebrado en Julio se apuntaron más de 150.000 usuarios que afirman que aumentaron su competencia en un 40%.»

Me gustaría parafrasear a Churchil cuando dijo aquello de que «los Balcanes generan más historia de la que son capaces de digerir». A los usuarios/clientes nos pasa lo mismo con la tecnología: Compras lo último de lo último, y al día siguiente ya hay en el mercado algo mejor, más potente, más diseñoso… Las empresas no nos dan tiempo a los ciudadanos de a pie para poder asimilar todo lo que se inventa y tener tiempo para aprender a manejarlo bien y así poder sacarle partido de verdad, que al fin y al cabo es para lo que compramos las cosas.

Yo aún tengo un video VHS, y su mando a distancia tiene ¡más de 100 botones! ¿Cuántos sé para qué sirven? Pocos. ¿Cuántos utilizo? Menos. Un 20% dice Google que usan sus usuarios… Pues por ahí andaré.

Nos empujan (voluntaria o involuntariamente) a una obsolescencia prematura y quién sabe si programada de nuestras herramientas de trabajo y ocio en aras de mantener un mercado repleto de compradores ávidos de cachivaches nuevos y relucientes, pero no nos dejan tiempo para disfrutarlos o aprovecharlos como es debido. Somos, en cierta medida, esclavos de nuestros proveedores de tecnologia…

«Chuminotecnia» lo llama un amigo mío, con buen criterio.

Saludos.

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jose-ramon rodriguez25 septiembre, 2012 a las 11:53 am

Gracias, Miguel Angel, me encanta lo de «chuminotecnia»…

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jose-ramon rodriguez25 septiembre, 2012 a las 12:04 pm

Mmmmm, lo he pensado mejor y me parecería políticamente más correcto hablar también de «pichatecnia»…

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