Libertad de impresión

25 junio, 2013

Hace un mes me encontré ante la encrucijada en la que muchos de nosotros habremos estado en algún momento. Uno de los cartuchos de tinta de mi impresora se terminó. ¿Qué debía hacer? ¿Comprar un recambio o una impresora nueva? Resulta que prácticamente es más barato comprar una nueva impresora que renovar todos los cartuchos. El hardware de impresión ya es una commodity. Pero una commodity subvencionada claro está, por la compra de los cartuchos de tinta. Entre esos pensamientos estaba cuando pensé en la next big thing que se nos avecina. Las impresoras 3D. ¿También será el hardware una commodity y nos cobrarán una barbaridad por el plástico?

Seguramente será así, pero ya hay personas que están intentando avanzarse en ese sentido y han creado un interesante proyecto Open Source llamado RepRap. El proyecto consiste en realizar una impresora 3D que sea capaz de autoreplicarse, de manera que podamos crear tantas impresoras 3D como queramos, regalarlas a nuestros familiares y amigos y en definitiva, hacer libre la impresión 3D.

Construyendo una máquina RepRap - Fuente: RepRap.org. Licencia: GNU FDL 1.2
Construyendo una impresora 3D RepRap – Fuente: RepRap.org. Licencia: GNU FDL 1.2

Si hace unos meses hablábamos del proyecto Oscar en el que se pretende utilizar los principios del Open Source para diseñar un coche ecológico, con RepRap llegamos a uno de los aspectos más revolucionarios de la humanidad: la fabricación. Fabricar nunca ha sido fácil ni barato y las impresoras 3D prometen democratizar este aspecto de la producción, pero si encima lo hacemos con máquinas libres, en su más amplio sentido de la palabra, el futuro que tenemos ante nosotros es simplemente insospechado. Ya he visto personas que diseñan y construyen los juguetes que le regalan a sus hijos y que además ponen los patrones a disposición de toda la sociedad para que puedan fabricarlo igualmente si disponen de una impresora 3D.

En alguna universidad ya han tomado buena nota y se han unido al proyecto. Un proyecto que además permite que los estudiantes de las Ingenierías Industriales puedan participar en su desarrollo. Nunca el aprendizaje tuvo de esta manera, tanto retorno a la sociedad. Y esto se consigue gracias a la naturaleza del Open Source. Por si fuera poco, las ganancias que puedan obtenerse son destinadas a dar becas a los estudiantes de la universidad que participan en el mismo proyecto.

Y es que esta es la esencia de la filosofía Open Source. Todos colaboran desinteresadamente. Todos ganan y nadie pierde. Incluso los que no colaboran directamente, el grueso de la sociedad, pueden aprovecharse del conocimiento y los productos generados. Tan simple y tan potente.

Mario Gómez Molina es tutor y consultor del Máster Universitario en Software Libre de la UOC. Es además Project Manager de la consultora VASS y dispone de más de 15 años de experiencia trabajando en el mundo de las tecnologías de la información en proyectos de alta complejidad para grandes clientes.

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PC OK29 junio, 2013 a las 5:01 pm

Buen artículo.

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