Informáticos en el cine: Juegos de guerra

26 junio, 2014

Háblese con un informático de informáticos en el cine y es casi seguro que se sienta tremendamente maltratado: Hollywood presenta una colección de estereotipos sobre la profesión que ni por casualidad responden a la realidad: los informáticos no son una colección de gafotas sin ningún tipo de habilidades sociales, alérgicos a la luz del sol y de paupérrima higiene personal (o, al menos, no todos lo son ;-)).

Vamos a obviar el hecho de que no debe haber ninguna profesión que no se sienta maltratada por la visión que de ella dan las películas. Y vamos a centrarnos en una película que, de hecho, pinta un cuadro bastante realista del informático (en este caso, hacker)… ¿Quién no ha visto Juegos de Guerra?

Póster del clásico "Juegos de Guerra"
Póster del clásico «Juegos de Guerra»

WarGames es una película de 1983 en la que David Lightman, un adolescente interpretado por Matthew Broderick acaba infiltrándose por error en los ordenadores del NORAD (el centro de defensa aeroespacial de Estados Unidos y Canadá) y está a punto de montarla bastante gorda (espero no se me acuse de spoilers por una peli que tiene ya más de treinta años, pero el que no quiera spoilers debería dejar de leer ahora, ver la película y volver dentro de un rato).

– David es un chaval normal. Cierto que hace campana para jugar al Galaga y al Galaxians y que tiene un ordenador con módem en casa, pero se trata del adolescente típico: ni es el empollón de la clase ni es antisocial (David, eso sí, tiene un par de amigos de lo más «friqui», que responden a todos los estereotipos; pero todo el mundo tiene un amigo informático «friqui»).

– David no es un «malo de película». Sí, se acaba infiltrando en una red militar, pero él lo que quería era bajarse un juego antes de que salga al mercado.

– La seguridad informática es un problema de personas, no de algoritmos. Cuando David tiene que encontrar el punto débil para irrumpir en la máquina, no lo hace a base de informática, sino de empaparse de la vida del creador del sistema hasta que encuentra la contraseña, que no es el nombre de la novia, pero casi…

– Fuegos artificiales, los justos. Si de algo adolecen las películas «informáticas» es de efectos visuales exagerados y absolutamente increíbles. Juegos de Guerra no carece de ellos pero, comparado con lo que corre por ahí, son de lo más digno y discreto.

La película, además, es un buen recordatorio de cómo era la informática doméstica de hace treinta años. El ordenador de David es un IMSAI 8080 de 1975, un clon del famoso Altair 8800, con un procesador de 8 bits que corría a unos 5 megahercios, venía de salida con 4 kilobytes de memoria, usaba diskettes de 8″ (capaces de almacenar algo menos de un megabyte) y se podía conectar con otros ordenadores gracias a un módem a la elevadísima velocidad de 1200 baudios (el adaptador para el teléfono que se ve en la película, por cierto, es falso: para aquella época los módems ya se podían conectar directamente a la red telefónica).

Juegos de Guerra se pasa con una cierta frecuencia en algunos canales de televisión, pero si estáis en Barcelona podéis recuperarla el próximo domingo, 6 de julio, en la Filmoteca como parte de un miniciclo coorganizado con Gamelab 2014, la X Feria Internacional del Videojuego y el Ocio Interactivo, en la que están presentes los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicaciones.

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Autor / Autora
Cesar Pablo Corcoles Briongos
Comentarios
megamarc27 junio, 2014 a las 9:10 am

Totalmente de acuerdo. Cuando amigos míos no informáticos ven películas de «hackers» que atacan instantáneamente un sistema superseguro por la puerta principal mediante interfaces gráficos llenos de colorines y animaciones 3D, siempre les pongo como ejemplo «Juegos de guerra» para que se hagan una idea de a qué se parecen estas cosas en realidad. Por supuesto es ficción y no busca ser 100% fiel, pero el tretrato que hace del asalto a un sistema remoto, de forma lenta, progresiva a lo largo de semanas, mediante un árido terminal de texto sin ninguna clase de espectáculo es digno de mención. Muy cercano a lo que pueden ser las verdaderas sesiones de telnet por la puerta de atrás y las modificaciones de scripts y archivos de configuración remotos.

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dani27 junio, 2014 a las 9:52 am

Totalmente de acuerdo con lo dicho, tanto por César como por megamarc.
Supongo que es inevitable que en el cine interese, por el tipo de lenguaje que utiliza, algo un poco más espectacular que un terminal. Es un caso parecido a las luchas en el espacio, que requieren grandes explosiones, aunque científicamente no sean muy «reales».
En fin, lo que hacemos l@s informátic@s no ha dejado (todavía) de pertenecer un poco a la ciencia ficción para el público en general. Quizás es bueno conservar esa magia. 😉

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Miguel Ángel Bueno Sánchez14 julio, 2014 a las 7:31 pm

Estoy de acuerdo en todo.

Y hablando de «pelis informatizadas», ¿alguien recuerda la primera de Robocop? Aquella en la que en un momento se veía un listado de instrucciones que le aparecían en el visor de ese super-poli… ¡¡¡y que era código COBOL!!! Que todos sabemos que es el lenguaje más adecuado para escribir un sistema operativo… Sin comentarios.

Esto daría para abrir un hilo dedicado a «pifias de las pelis informatizadas», ¿verdad?

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