Impresiones del Smart City World Congress

27 noviembre, 2014

La semana del 18 al 20 de noviembre hubo un importante evento en Barcelona, además de los premios a los mejores trabajos finales de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC. Ese evento fue el Smart City World Congress de 2014.

Se haría difícil hacer un resumen de todo lo que aconteció, por lo que resumiré algunas de mis impresiones, y comentaré algunos apuntes curiosos de una de de las charlas.

Anuncio de 1936 ofreciendo transporte inteligente. Fuente: Flickr - Licencia:  CC BY-ND 2.0
Anuncio de 1936 ofreciendo «transporte inteligente». Fuente: Flickr – Licencia: CC BY-ND 2.0

El cambio más importante respecto a ediciones anteriores fue el enfoque: este año creo que se ha logrado una clara orientación a negocio y se hicieron muchos contactos que, esperamos, acaben dando fruto.

En cuanto a gadgets, los más curiosos para mi fueron: varios robots de limpieza con forma humanoide; un robot japonés «abrazable» orientado a mejorar la compañía de la gente mayor; o unas gafas (estilo Google Glasses, pero no de Google) que permitían localizar palets en un almacén.

Por descontado, se veían mapas en muchas de las pantallas que había por allí porque, la mayoría de las veces, la forma de mostrar y gestionar la información smart es a través de un sistema de información geográfica (SIG). De hecho, tuve oportunidad de saludar a varios conocidos de mi época como consultor SIG.

Pero además de los expositores, el congreso es, huelga decir, un congreso, y en una de las charlas había responsables de ayuntamientos de diversas grandes ciudades del mundo que hicieron algunas reflexiones interesantes sobre movilidad en la ciudad:

– No basta con poner sensores. Lo importante es saber qué información se quiere conseguir y qué se quiere hacer con ella. Esto me recordó un comentario de un responsable de empresa de sensores: dijo que él vendía retorno de la inversión, y que lo que hacía el sensor podría hacerlo una persona.

– El transporte inteligente no lo es porque sea más eficiente energéticamente, sino porque es la manera más rápida de ir de un punto al otro.

– Hay que reflexionar a la hora de incorporar o no una innovación. Sería el caso de los coches inteligentes capaces de conducirse solos, ya que con ellos podríamos saturar la ciudad con tráfico de coches vacíos: imaginemos por ejemplo la persona que va a comprar y no encuentra aparcamiento, podría dejar el coche dando vueltas conduciéndose solo, mientras hace la compra.

– Y finalmente, la clave para mejorar el transporte público es hacerlo más rápido y más barato. La tecnología puede ayudar a ello, pero ella sola no resolverá el problema.

Así pues, resumiendo, la impresión que me dio es que muchos elementos de Smart Cities se asientan sobre tecnologías bien consolidadas y maduras (como son los SIG o ciertos tipos de sensores, por ejemplo). Y en cualquier caso, lo más importante de las Smart Cities no es tanto la tecnología, sino la forma en que ésta se utiliza (o no) para hacer las ciudades más eficientes y agradables a los ciudadanos.

Antoni Pérez Navarro es profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, donde es experto en los ámbitos de Sistemas de Información Geográfica y de Física.

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