IT en las Universidades: el estudiante, primero

6 febrero, 2017

Si, como decíamos hace poco, el trabajo de los CIOs no es fácil, yo diría que lo es menos en las Universidades. La información y la tecnología son centrales para cumplir la misión que da la sociedad (o los accionistas o los patronos) a las Universidades y los departmentos de TI no pueden cumplirla sin el patrocinio del rectorado y de la academia; pero, casi siempre, tienen poco dinero, se les ve como un servicio general y un coste administrativo no demasiado eficiente, padecen peticiones infinitas y prioridades contradictorias y cambiantes y viven alejados del supuesto glamour de la facultad y el gabinete. Dice mi colega y sin embargo amigo Carlos Juiz, cocinero antes que fraile (fue Vicerrector de tecnología de la UIB, implantó la ISO 38500 y es colaborador activo de la CRUE), que las Universidades son en materia de IT un late-late follower. Con un gasto medio del 5.6% del presupuesto, del cual el 80% se dedica a dar soporte a las operaciones ordinarias (el run), no queda mucho espacio para transformar e innovar.

Para lamentarse juntos, compartir experiencias, información y cenas y a veces encontrar economías y servicios, tienden a agruparse en asociaciones y comités. La CRUE, la asociación que reúne a los rectores de las Universidades españolas, según el modelo de muchos países, tiene una «sectorial» de TIC (la CRUE-TIC) con grupos de trabajo sobre materias diversas, en general relacionadas con la planificación y gobierno de TI. Son bastante activos y tienen prestigio entre sus colegas europeos y americanos. Con un modelo un poco diferente, de «cooperación voluntaria», en el que participan también fabricantes y consultores, la potencia mundial de esta clase de iniciativas es Educause, que tiene ya 16.000 miembros y 2.300 universidades e instituciones educativas en todo el mundo, aunque su foco es principalmente estadounidense.

Educause publica cada año una colección de previsiones sobre tecnología y gobierno de las TIC, basada en entrevistas entre sus asociados, y coordinada por un panel de expertos, la mayoría CIOs o equivalente de Universidades norteamericanas. La gráfica representa esquemáticamente los resultados de este año, que podéis descargaros aquí.

Como veíamos hace poco que ocurre en otros sectores, las preocupaciones no varían mucho de año en año, aunque sí que se encuentran cambios en una comparación más larga y cada edición muestra un énfasis y un peso ligeramente distinto de cada cosa. Este año, según los editores,

-La ciber-seguridad sigue siendo la primera prioridad, aunque no con la ventaja del año anterior y con un cierto cansancio: la seguridad depende más de educar y prevenir fallos humanos que de grandes planes e infraestructuras.

-En cambio, brillan los sistemas orientados a obtener el éxito del estudiante, en términos de retención, continuidad, rendimiento y satisfacción. Son sistemas basados en la analítica predictiva que permiten mejorar el asesoramiento y la intervención de profesores, tutores y de los propios estudiantes, así como modelos de aprendizaje intensivos en el uso de la tecnología (e-learning y otros) para su incorporación fuera y dentro del aula.

-Es también el año de los sistemas de datos por todas partes: la integración y el gobierno de los datos de múltiples fuentes y aplicaciones (el Master Data Management) y, sobre todo, la gestión del uso efectivo de la información: quién debe recibir qué información, cómo y cuándo para hacer mejor su trabajo (en especial, estudiantes y profesores).

-Después de casi veinte años de la primera generación de ERPs y sistemas integrados que dieron soporte a los sistemas administrativos de las Universidades (la nómina, la contabilidad, las compras o la secretaría), está emergiendo una nueva generación de sistemas de información de empresa, más ligeros, basados en componentes desacoplados e integrables a través de estándares, que propocionan los servicios desde la nube.

-En el centro del dibujo, se presenta la oportunidad de liderazgo estratégico de IT. Sin que ocurra, como en otros sectores, que la estrategia de IT se fusiona con la estrategia de negocio (algo que yo creo que tardará en ocurrir en la mayoría de las Universidades), cuando IT tiene voz y prestigio en el Consejo y puede establecer conversaciones directivas con la facultad y con sus iguales en otras áreas de la institución, tienden a producirse una mayor dotación de recursos, una mejor definición de prioridades y una mayor colaboración con los múltiples interesados.

El informe es interesante y está bien construido. Para cada área se proporciona un breve análisis de concepciones equivocadas, riesgos, oportunidades y consejos para la acción según el punto de partida. Incluye también una indicación de quienes son los socios que debe buscar el CIO para obtener mejores resultados en cada ámbito: casi siempre, el consejo de dirección y la academia. Es bueno para la salud del CIO universitario entender el contexto y perseverar, lo que no se debe confundir con hacer el Calimero y renunciar a la pelea.

Si en el conjunto del estudio y con una mayoría de participantes americanos, el foco está en los sistemas que facilitan el éxito de los estudiantes (que, a su vez, está directamente relacionado con el éxito financiero de la institución), llama la atención que los participantes no americanos, en cambio, no lo coloquen entre sus diez mayores prioridades. Para estos, son prioridades los temas relacionados con la academia: la transformación digital de la docencia y la investigación, y la adopción y uso efectivo de la informática entre los profesores. ¿Por qué?

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Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
Comentarios
Josep6 febrero, 2017 a las 6:39 pm

Excelente aportación!
Gracias José Ramón!

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