Notas de literatura y estrategia de sistemas de información

22 mayo, 2018

Me refiero a la literatura académica sobre la estrategia de los sistemas de información.

0.  En los tiempos que corren vale la pena reivindicar la importancia y la belleza de los trabajos finales de la carrera. Lo son (importantes y bellos) para los estudiantes, que culminan el esfuerzo de años y tienen la oportunidad de aplicar sus conocimientos no sólo técnicos (entender y resolver problemas y fabricar artefactos teóricos o prácticos) sino transversales (leer literatura, analizar enigmas, encontrar avenidas de solución, escribir y presentar, resolver dudas y cuestiones). Lo son para los profesores y colaboradores docentes, aunque nos den mucho trabajo: es una ocasión para mantenernos al día, enfrentarnos a retos conocidos y nuevos, a nuevas formas de estudiar y nuevos tipos de estudiantes y acompañarles de una forma especial, mucho más individual y directa. Y nos hace ilusión cuando coinciden los intereses, aficiones y entusiasmos del estudiante con los nuestros. Estoy dirigiendo, junto con otra colaboradora, un trabajo final que consiste en analizar un proceso de revisión de la estrategia de sistemas de información de una empresa.

1. Parece mentira el poco interés académico dedicado a estudiar la ejecución de la estrategia, su evaluación y su puesta al día. En 2008, Teubner y Mocker, del ERCIS de Munster, estudiaron más de 400 artículos sobre estrategia de sistemas y tecnologías de la información publicadas en las principales revistas de la especialidad a lo largo de 30 años. Sólo el 4,8% cubrían temas relacionados con la implantación. En 2014, Amrollahi y colegas hicieron una revisión sistemática de la literatura incluyendo nuevas categorías. Entre 2000 y 2009 encontraron 102 papeles sobre planificación estratégica de sistemas de información (lo que nosotros llamamos SISP), de los cuales sólo 9 se ocupaban de la implantación y sólo 8 de la evaluación. Hay que decir que la revisión sistemática literatura es un género bastante discutido en la dirección de sistemas de información, o sea, que vaya Vd. a saber.

2. La literatura académica en estos casos tiende a reflejar la práctica: la investigación señala los bajos niveles de implantación de la estrategia definida, los fracasos alcanzados y el escaso interés dedicado a la evaluación entre los propios directivos. De manera que la investigación deviene mas bien teórica, auto-referencial y poco relevante. Los mismos investigadores del ERCIS dedicaron un interesante estudio, que comentamos aquí, sobre el gap entre los intereses de los investigadores y los intereses de los directores de informática en Alemania. Cuando hemos revisado la literatura, los que nos parecen mejores métodos y prescripciones para hacer planes estratégicos son los que menos aplicaciones prácticas presentan (!), si alguna. Uno de los últimos artículos de Lederer (o de su discípulo Mirchandani, pero también firmado por él), uno de los fundadores y gurús de la disciplina, basado en cientos de entrevistas a CIOs, viene a decir que mientras menos planificación formal, más estrategia efectiva: en entornos y tiempos convulsos, «menos es más«. De esta manera los que hacemos y estudiamos planes, puede que nos quedemos sin trabajo.

3. O bien que, en la evolución pendular de cualquier disciplina, la estrategia de sistemas de información vuelva a predominar. En 2005, Grover y Segars, producían un alegato optimista: “Con la penetración (pervasiveness) de la IT y el aumento de la presión sobre las empresas para apalancarse (leverage) sobre sus activos informáticos, la importancia de la SISP nunca ha sido más fuerte.» El alegato, si se refiere a los modelos SISP de planificación formal y formalista, no se cumplió. Pero en la misma época, se comenzó a hablar de agilidad estratégica, una habilidad para hacer evolucionar negocio y tecnología a la vez. Lo importante no sería acertar en las elecciones tecnológicas, sino en no equivocarse mucho y abrir mejores opciones para inversiones futuras o para retirarse a tiempo pagando una deuda (un legacy) más pequeña. (Es decir, como en los mercados financieros, tú compras el valor de un activo no por su valor intrínseco, sino por el que puede alcanzar, según un cálculo de probabilidades en el tiempo. En las opciones, tu adquieres el derecho pero no el deber de comprar una acción.) El equipo del CISR del MIT lleva tiempo investigando sobre el tipo de arquitectura tecnológica que permite una mayor agilidad estratégica. Y la revista de negocios del MIT tiene un blog y colecciones de artículos sobre esto, sea en el negocio o en la tecnología o en las dos cosas a la vez.

O sea, quizá puedes evitar la planificación, pero no puedes evitar la estrategia. Y no tener estrategia es la peor manera de tener una.

José Ramón Rodríguez es profesor de dirección de las TIC en diferentes programas de la UOC y consultor independiente. Investiga la planificación y gestión de proyectos de transformación empresarial facilitados por los sistemas y tecnologías de la información.

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Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
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