Quiero aprender a hacer una web (1): ¿la harás tú?

8 febrero, 2016

Por trabajo, es una pregunta que se me hace con frecuencia: “Quiero aprender a hacer una tienda de comercio electrónico. ¿Cómo lo hago?”. Mi primera respuesta suele ser un “Interesante pregunta”. Primero porque, efectivamente, es una pregunta muy interesante. Pero en segundo lugar, porque no hay una respuesta, sino muchas, y la conversación va a dar para largo…

El problema, naturalmente, es que “hacer una tienda de comercio electrónico” (o los equivalentes “montar un sitio web de reservas para mi restaurante” o “una guía virtual para una exposición”, o mil más ejemplos de aplicaciones web) es algo muy poco definido, que puede implicar desde unas (relativamente) pocas horas intensas de trabajo y experimentación a unos cuantos años de estudio. Y no, no exagero.

No, no hablamos de ese tipo de web
No, nos referimos a ese tipo de «web» 🙂 Fuente: Michael Podger @ Unsplash

A estas alturas del camino, es difícil que se nos pase por la cabeza una idea de aplicación web que no se le haya ocurrido antes a alguien. Sí, nuestra idea seguro que es mejor por algún detalle brillante, y seguro que tiene unas necesidades especiales, pero seguro que se parece mucho a alguna solución disponible comercialmente. Si lo que queremos es estrictamente montar esa web, la mejor solución suele ser rascarse la cartera y contratar a un buen profesional. Cierto, no será barato… pero es que cuando montamos un negocio la infraestructura no suele ser barata. Si montamos un comercio físico, somos conscientes de que tendremos que pagar por un local (y si queremos que esté bien situado, nos costará un buen dinero), dotarlo de las instalaciones convenientes (de nuevo, un desembolso potencialmente considerable), contratar a trabajadores cualificados… La idea de que un negocio online debe salir “por cuatro duros” es un error provocado por el desconocimiento (y si se me permite, en muchos casos por el atrevimiento) que ha llevado a fracasar a muchísimas iniciativas y que, desafortunadamente, lo seguirá haciendo en el futuro.

Otra opción, naturalmente, es el “do it yourself”. Existen multitud de plataformas de código abierto que nos permiten montar prácticamente cualquier cosa. ¿Es difícil? De nuevo… interesante pregunta. Vas a tener que registrar un dominio, contratar un hosting de algún tipo, instalar una serie de herramientas en ese hosting, configurarlas, seleccionar y personalizar una plantilla para tus contenidos y administrar una aplicación web (cosa que incluye, entre otras cosas, protegerse de los ataques malintencionados que cualquier aplicación web sufre prácticamente a diario). Durante los primeros años de la web, de hecho, este era el procedimiento habitual. Buscar información, probar cosas, trastear, decidir que algo resulta interesante e investigar su funcionamiento hasta dominarlo… La web es uno de los entornos en los que las filosofías del código libre y abierto más han dominado, y esto lleva naturalmente al aprendizaje a través de la experimentación.

Encontraréis por ahí muchos ejemplos de casos de éxito de los que han elegido esa vía. Y, de hecho, personalmente, opino que es la que más recompensas ofrece. Pero eso no quiere decir que no haya muchos más ejemplos de fracasos de calibres diversos, desde el que se ha rendido después de semanas de esfuerzo al que, después de un “hackeo”, ha acabado perdiendo dinero. De nuevo, esa concepción errónea de que “lo online” debe ser mucho más fácil que “lo físico”. Claro que hay mucha gente por ahí capaz de montarse un comercio físico… pero la mayoría de los mortales acabamos contratando unos servicios, porque vamos a acabar antes y nuestras horas es mejor dedicarlas al negocio que a montar tabiques, sean estos físicos o virtuales.

Llegados hasta aquí, el lector atento querrá, con razón, tirarme la caballería por encima: ¿no habíamos quedado que nos preguntaban por aprender a hacer esa web? Sí. Efectivamente. Mi única excusa es que tras docenas de conversaciones sobre el tema soy incapaz de comenzar el tema sin un “es que no es tan fácil como crees”. Discúlpeme el lector si no hacía falta el rodeo. Vuelvo a la pregunta en la próxima entrada. Pero me temo que no se ha vuelto más fácil…

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Autor / Autora
Cesar Pablo Corcoles Briongos
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