¿Quién no quiere ser princesa?

17 abril, 2013

¡Que no cunda el pánico! Esta entrada no va sobre monarquías ni repúblicas. Hoy hablaremos sobre videojuegos y género (o sexo, como prefieran llamarlo).

Hace unos días leía un artículo interesantísimo de la revista WIRED, en la que Mike Mika, un diseñador y programador de videojuegos con mucha experiencia, explicaba por qué había hackeado el clásico Donkey Kong: A Mike le gusta jugar a los videojuegos con su hija, de 3 años (sí, una de esos locos bajitos que rezaba Serrat. Esos que siempre dicen lo que piensan). Un día ella le dijo que, en vez de jugar con Mario (llamado en aquella época Jump man), quería jugar con «la chica». Si, la princesa Peach (o sus versiones previas, la princesa Toadstool, Pauline, o la primera, The lady). Claro, un padre normal, le hubiese explicado a su hija que no se podía, que en el mundo del Donkey Kong es el hombre, Mario (aka Jump man), el héroe que salva a la princesa. Pero por suerte, Mike tenía sus recursos. Se puso manos a la obra, y en unos días tenía la versión que pedía su hija: La lady del Donkey Kong se había convertido en «pseudo-precuela» de Lara Croft, y podía salvar al bueno de Mario.

Donkey Kong. Imagen de Wikipedia commons calificada como de uso justo (fair use)

Recientemente leo que, motivado por el caso anterior, la animadora (de animación digital) Kenna W. decidió hacer lo mismo con la pareja «enemiga» de Peach-Mario: Zelda-Link. Efectivamente, si Peach puede salvar a Mario después de tantos años de ser salvada por éste, ¿por qué no va a pasar lo mismo con la princesa Zelda? ¿Qué tiene ella que no tenga Link? Kenna nos explica todo el proceso en una entrada muy completa. Creo que vale la pena.

Al final, lo importante de estas historias, independientemente de por qué comenzaron (el amor paternal), es intentar ver un poco más allá. Anita Sarkeesian nos muestra en un conjunto de vídeos (todavía no está toda la serie. Aquí podéis ver el primero) que surge de un proyecto kickstarter, el trato que se le da a la mujer en los videojuegos. Realmente, incluso en personajes protagonistas (por ejemplo, la mismísima Lara Croft), ciertas características físicas ocultan, sin duda, otras, no permitiéndonos dejar de lado la idea de mujer-objeto. Creo que es interesante la reflexión que hace Anita, ya que en una industria tan nueva y tan influyente como ésta, deberíamos ser capaces de deshacernos de tópicos y estereotipos que no nos ayudan a conseguir una igualdad de trato (aunque tengamos características diferentes). A ver si somos capaces de convertirnos en princesas que salven fontaneros, o ¿por qué no? a fontaneras.

NOTA: La princesa Peach sólo es «jugable» en uno de los 14 juegos básicos de Mario donde aparece, y como comenta Anita en su primer vídeo, esto sucede por casualidad. Eso sí, en algunos juegos «colaterales» donde se puede elegir cualquier personaje por tratarse de una competición todos contra todos, como Mario Karts, sí que se puede elegir. De hecho, yo he jugado mucho (sí, mucho mucho) al Mario Kart de la N64, y siempre (sí, siempre siempre) he llevado la princesa. Y la verdad, es que no me puedo quejar del resultado. 😉

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Autor / Autora
Daniel Riera Terren
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