¿Cansados del dato? Esto no ha hecho nada más que empezar

3 noviembre, 2014

No hace mucho Randy Bean se preguntaba si estábamos cansados del concepto de Big Data. De hecho es una pregunta lícita puesto que por doquier nos encontramos el concepto. Gracias al Big Data, parece que un equipo de fútbol ha ganado el campeonato del mundo o un presidente las elecciones, o que si vamos a cambiar la agricultura. Parece, y en eso tenemos la culpa muchos, que Big Data ha llegado para cambiar el mundo.

Berlín. Antigua prisión convertida en parque sensorizado que detecta visitantes y activa automáticamente una grabación histórica. Fuente: Josep Curto
Berlín. Antigua prisión convertida en parque sensorizado que detecta visitantes y activa automáticamente una grabación histórica. Fuente: Josep Curto

Al final lo que pasa es que se está haciendo mucho ruido con los mismos casos y, aunque las tecnologías de Big Data están mucho más maduras que antaño, lo cierto es que las organizaciones aún distan haber realizado grandes despliegues, como ya apunta Gartner en uno de sus últimos estudios. No nos debería sorprender: esto no quiere decir que las empresas no estén interesadas en Big Data, sino simplemente que es necesario articular una estrategia de calado más profundo, como ya hemos discutido en un par de entradas recientes (aquí y aquí). La realidad es que estamos en una explosión de fuentes de datos que va a empujar la necesidad de soluciones sofisticadas para la captura, el procesamiento, el almacenamiento y el análisis de datos.

Y no pensamos sólo en los datos sociales, cuyo uso cada vez tienen peor fama por la explotación desproporcionada (aunque frecuentemente dentro de la regulación del país en curso) que hacen compañías como Facebook, Google, Linkedin, Twitter y, claro está, clientes y partners de los anteriores. A veces, el uso de los datos supera lo que como consumidores estamos dispuestos a soportar, puesto que se acerca demasiado a futuros como los que describía la película Minority Report.

No. En realidad hago referencia a esos miles de objetos que muchas empresas van sensorizando. A la gran cantidad de smartphones ya existentes, se está sumando una enorme cantidad de objetos de nuestra vida cotidiana o del contexto específico de un sector. Por ejemplo, semáforos, coches, lavadoras, bocas de riego, vigas, ascensores e, incluso, los túneles de una ciudad smart (sí, ¡es cierto!). De hecho, algunos estudios apuntan que para el año 2020 habrán más de 50 miles de millones de objetos/ dispositivos conectados.

Que tenga sentido o no sensorizarlo todo (lo que algunos ya nombran como Internet de Todo, Internet of Everything, en lugar del Internet de las Cosas, Internet of Things), depende de si hay una clara necesidad de negocio ligada a dicha sensorización. Y entonces hay que capturar, procesar, almacenar y analizar el dato para encontrar el valor de negocio. Lo que en definitiva no hace nada más que indicar otra vez que esto de analizar los datos no ha hecho más que empezar.

Josep Curto es colaborador docente del Máster en Inteligencia de Negocio y Big Data de la UOC. Es además Director de Delfos Research, empresa especializada en investigación de los mercados de Business IntelligenceBusiness Analytics y Big Data.

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Comentarios
Anastasia15 enero, 2015 a las 10:42 am

¡Yo no sólo no estoy cansada del ‘big data’ sino que me encanta! Es una pasada cómo se puede aplicar a todo para ver resultados numéricos claros. Me gustaría poder aprender cómo aplicarlo a una pequeña empresa online de manera eficiente.

Gracias Josep por el artículo. Un saludo.

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Josep Curto19 enero, 2015 a las 2:15 pm

Gracias por el comentario, Anastasia.

Coincido contigo que estamos en una etapa fascinante. En la pequeña empresa también es necesario tener en cuenta los datos, y muchas veces es necesario empezar evaluando y revisando qué se tiene en la actualidad y qué habilitan dichos sistemas de información. Y a partir de eso progresar

Un saludo!

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