Efectos colaterales

16 octubre, 2012

Muchos lectores prefieren los blogs de noticias comentadas por encima de otras cosas más profesionales o más eruditas. A mí me gustan las noticias que me confunden y me muestran las paradojas de la modernidad. El periodista estadounidense Edward Murrow (el de «Buenas noches y buena suerte») decía: “Anyone who isn’t confused doesn’t understand the situation”. Espero que tuviera razón y que todo esto nos ayude a entender más cosas. Aquí van dos piezas de estos días y he guardado algunas más para otro momento.

FUENTE: Wikipedia. Licencia CC

La nube (the “cloud”) parecía una cosa apolínea, un ejemplo de eficiencia y ahorros para todos. En realidad, según un estudio del New York Times con el McKinsey Global Institute, los almacenes digitales que sostienen la red, situados en cualquier desierto del mundo que creemos civilizado o al lado de cualquier ciudad que llamamos incivilizada, utilizan unos 30.000 millones de vatios de electricidad, o sea el equivalente a 30 plantas de energía nuclear. La “nube” está diseñada por definición para atender los picos de demanda de cualquier cliente, pero la manera de distribuir esta carga hace que en realidad sólo se use entre el 6% y el 12% de la capacidad disponible. Para prevenir rupturas en el flujo de electricidad (en Estados Unidos y en muchas partes, como el campo de fútbol del Rayo Vallecano, los cortes de electricidad son frecuentes) o para refrigerar los servidores, estos centros de datos utilizan energía de origen fósil, en realidad gasoil. En cualquier otra industria, semejante polución y desperdicio habría arrojado a sus agentes fuera del mercado, provocado oleadas de indignación popular y ecologista o habría desaparecido.

Los que trabajamos en informática sanitaria hemos promovido y aplaudido la evolución de la historia clínica de papel a la historia electrónica. Eso debería permitir compartir la información entre médicos, especialistas y hospitales de todo el sistema sanitario, eliminar pruebas innecesarias, aumentar la eficiencia y facilitar el control de la facturación. El presidente Obama incluyó la implantación de la historia clínica electrónica entre su primer programa de estímulo económico. En la realidad, desde 2010 la facturación de los proveedores a los programas públicos y las aseguradoras privadas y el fraude en la facturación ha aumentado en cifras impensables. Los médicos y hospitales programan pruebas innecesarias (eso que se llama “medicina defensiva”), facturan por lo que no han hecho, cuentan como urgencias las consultas normales y se ha desarrollado una muy hábil industria de productos y servicios que permite manipular inteligentemente los sistemas para subir el código (upcode) de los diagnósticos y tratamientos y así cobrar más. Si creció la implantación de la historia clínica electrónica en un 37% de los hospitales, la facturación a Medicare (el programa federal que cubre a los jubilados y personas sin recursos, cuya afiliación, por cierto, ha aumentado como consecuencia de la reforma de Obama) de estos mismos hospitales creció en un 42%.

En una radio catalana hay un programa a veces divertido que se llama “Tot és molt confús”, todo es muy confuso.
Nota: la obra de hoy es la famosa «Lección de Anatomía» de Rembrandt.

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Autor / Autora
José Ramón Rodríguez
Profesor de Dirección de Sistemas de Información, Gestión de Proyectos y Business Intelligence de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y consultor de empresas independiente.
Comentarios
jo18 octubre, 2012 a las 7:09 am

No es del todo cierto que el coste de Cloud Computing acarree más gasto de energia, precisamente habria que observar el ahorro global. Los Datacenters son cada vez más eficientes energeticamente, actualmente se dispone de muchas tecnologias de sensores de temperatura, de sobrecarga, de desbalanceo de computo, y hay diversas estrategias de mejorar el consumo a todos los niveles, desde CPU, a nodo, a armario, a instlación completa.

Y hay que pensar en que lo que hay que observar es que siempre concentrar N máquinas y optimizar su uso, energeticamente siempre será mejor que N máquinas distribuidas con un porcentaje de uso ridiculo, y no precisamente optimizadas para su consumo energetico.

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jose-ramon rodriguez18 octubre, 2012 a las 8:51 am

Estoy de acuerdo contigo. No tiene por qué ser necesariamente así ni siempre así. Pero mi impresión (que ahora corrobora un estudio de gente que conozco y que me suelen parecer serios) es que el desperdicio individual de los centros de procesos de datos en casa simplemente se ha globalizado. Y que, como en otras cosas, el ahorro y la limpieza de cada uno, puede acabar siendo suciedad y desorden en el patio del vecino… más pobre.

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